martes, 22 de abril de 2014

EL DÍA QUE SE OLVIDÓ DE MÍ.


“Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido” (J.Sabina)

      Y así siguió mi vida, sin sentido, sin una idea clara del por qué tomó una excusa tonta y se fue, ¿acaso había alguien más?, eso era lo más probable, en todo caso ¿quién era ella? , sería más bonita, más inteligente, ¿qué le da que no le pueda dar yo?, todas estas preguntas flotaban en el aire, al mismo tiempo que mis pies no podían tocar el suelo.

Me preguntaba, como los meses más felices de mi vida, habían terminado de pronto, sin algún aviso, sin un motivo elocuente o al menos alguno que sea capaz de creer, quizá como Tom –en 500 días con ella- uno puede crear un mundo perfecto, pero idealizar a una persona nunca resulta ser bueno,  a menos que seas Dante Alighieri con su musa Beatriz o que te consideres un romántico tardío y digo tardío porque en esta época, los románticos están en extinción.

Yo sabía que había hecho todo bien, le di mi tiempo, mi cariño, mi comprensión, lo apoyé cuando nadie más lo hizo, nunca vi venir la ola, ella simplemente me revolcó.

Para Tom los días junto a ella –Summer- eran perfectos, les gustaba la  misma música, compartían casi todo, sencillamente ella era la mujer perfecta para él, pero el vendaje termina por ceder tarde o temprano, ya sea porque empiezas a mirar con objetividad o sencillamente porque te lo refriegan en la cara, te lo dicen de frente y sin anestesia como en el caso de Tom, en mi caso fue más ridículo, una teoría sin argumentos, poco convincente y que te deja un sin sabor horrible.

Descubres entonces que es parte de esta vida el sufrir. Quizá a la vuelta de la esquina se encuentre otra alma capaz de querer con la misma pasión e intensidad que tú, no sé si estamos hablando de amor, creo que sería más factible hablar de la necesidad de sentirnos queridos.

 La soledad suele ser una buena compañera durante un tiempo, pero como todo en esta vida, termina por cansar, no tardamos en buscar cosas nuevas, sentimientos distintos, es jugar a la ruleta o subir a una montaña rusa, sentir ese vaivén de sentimientos encontrados, esas ganas de sentir tu corazón latir a mil por hora, de esperar la hora indicada, los abrazos, los besos que lo dicen todo, es ver la vida de una manera distinta.


Es tonto lo sé, pero eso a lo que llamamos “amor” es sencillamente una enfermedad que aunque dolorosa, siempre queremos sentir, una y otra vez, crea adicción y lo peor es que; “no se ha descubierto la cura”

#ELIZA

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