domingo, 13 de abril de 2014

EL PRINCIPITO Antoine de Saint-Exupéry (1943).


"Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones." Antoine de Saint-Exupéry.

Cuando uno es niño, tiene la posibilidad de jugar con el mundo, no existen deudas, ni trabajo, ni penas, ni peleas; todo es feliz, todo es un juego.

El Principito ha sido catalogado como un libro para niños, es una perfecta opción para iniciar a un hijo(a) hermano(a), en la acción de leer. Sin embargo, también es capaz de retener en la lectura a las personas mayores, a ti, a mi, con la magia más hermosa que puede existir en el mundo de las letras: nos vuelve niños de nuevo. Explora nuestra imaginación más infantil, en ello retrocede el tiempo, y en cada una de sus líneas existe la ternura de las flores en primavera. Mientras El Principito explora los mundos lejanos y distintos al suyo, en ese vuelo mágico, vamos nosotros con el; cada amigo, cada situación y personaje narrado en esta obra magnífica, es único y de seguro provocará sensaciones gratas, felices, tristes, según la situación, esa otra potestad única del autor plasmada en su historia: transmitir sentimientos.

Estoy seguro que no podrás olvidar a ese príncipe del asteroide B 612, que hace preguntas y no tiene respuestas, a esa rosa suntuosa, delicada, un tanto arrogante, pero adorable, que llegó inesperadamente a ese mundo, al farolero, al zorro, al borracho etc. No te quiero malograr la historia contándotela, solamente intento  decirte que tienes en tus manos el poder de ser niño una vez más.

El Bohemio.

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